Historia
Ingvar era un niño diferente desde el principio. Nacido en las frías y misteriosas tierras de Noruega, sus primeros años no fueron fáciles. Hijo único de magos muy talentosos pero distante. Sin embargo, sus momentos de alegría eran raros, ya que sus padres, consumidos por sus investigaciones mágicas, apenas le prestaban atención.
Cuando Ingvar tenía cinco años, su vida cambió drásticamente. Una tarde de invierno, mientras jugaba solo en el bosque cercano a su hogar, un grupo de criaturas mágicas, atraídas por su innata habilidad mágica, lo rodearon. Ingvar, lejos de asustarse, se sintió fascinado. Aquel fue el primer momento en que realmente entendió que era diferente, que tenía un don especial.
Sin embargo, su soledad y aislamiento solo crecieron con los años. Sus padres, notando su creciente poder pero aún demasiado absortos en su trabajo, decidieron que lo mejor sería enviarlo lejos, donde pudiera ser "apropiadamente cuidado y educado". Así, justo después de su duodécimo cumpleaños, Ingvar fue enviado al Instituto Durmstrang, una escuela de magia conocida por su enfoque en la magia oscura y la disciplina férrea.
Durmstrang fue un shock para Ingvar. Acostumbrado a la soledad y a la libertad de explorar su magia a su propio ritmo, se encontró de repente en un lugar donde la rigidez y la competitividad eran la norma. A pesar de sus habilidades innatas, Ingvar luchó por adaptarse. Los otros estudiantes lo veían como un extraño, alguien demasiado joven y sin la disciplina de hierro que Durmstrang requería. Pero fue en esos momentos difíciles donde Ingvar comenzó a forjar su verdadero carácter. Aprendió a confiar en su inteligencia y su intuición, utilizando su conexión única con la magia para superar los retos que se le presentaban.
Su estancia en Durmstrang, sin embargo, fue corta. A mediados de su primer año, un evento inesperado cambió su destino. Durante una práctica de magia avanzada, Ingvar, impulsado por un deseo profundo de demostrar su valía, perdió el control de un hechizo particularmente difícil. El caos que siguió fue suficiente para que los directores de Durmstrang decidieran que Ingvar necesitaba un ambiente más adecuado para su tipo de magia.
Fue así como Ingvar llegó a Koldovstoretz, el prestigioso colegio de magia y hechicería en Rusia. A diferencia de Durmstrang, Koldovstoretz celebraba la diversidad en la magia y fomentaba la exploración personal de las habilidades mágicas. Ingvar, con su profundo vínculo con la naturaleza y las criaturas mágicas, encontró finalmente un lugar donde pertenecía.
La transición no fue fácil. Ingvar tuvo que superar la barrera del idioma y adaptarse a nuevas costumbres. Pero por primera vez en su vida, se sintió valorado por quienes lo rodeaban.
Siempre hay un lugar donde podemos encontrar aceptación y propósito. En las heladas tierras de Rusia, lejos de su hogar en Noruega y del riguroso mundo de Durmstrang, Ingvar encontró su verdadera familia y su destino como mago.
Descripción psicológica
Ingvar es una persona un tanto seria y distante con las personas que no conoce, tiende también a ser algo orgulloso y querer siempre tener la razón aunque no la tenga, es un poco presumido, pero ha mejorado gracias a uno de sus amigos, es una persona que le gusta cuidar su físico pero también le gusta estudiar, leer libros, aprender un poco más de las artes oscuras, encantamientos y transformaciones.